3 El Dios de Jacob ha hablado, me ha dicho la Roca de Israel. El justo
que gobierna a los hombres, que gobierna en el temor de Dios,
4 como luz matinal al romper el sol en una mañana sin nubes,
haciendo brillar tras la lluvia el césped de la tierra.
5 Pues firme ante Dios está mi casa, porque ha hecho conmigo un
pacto sempiterno, en todo ordenado y custodiado. El hará germinar toda mi
salud y todo mi deseo.
6 Como espinas del desierto todos los malvados, que no son recogidos
con la mano.
7 Nadie los toca si no es con hierro o el fuste de una lanza para ser
consumidos por el fuego.
8 Estos son los nombres de los valientes de David: Isbaal
el
jakmonita, el primero de los tres; fue el que blandió su lanza e
hizo
ochocientas víctimas de una sola vez.
9 Después de él, Eleazar, hijo de Dodó, ajojita, uno de los tres héroes.
Estaba con David en Pas Dammim cuando los filisteos se concentraron para
presentar batalla y los hombres de Israel retrocedían.
10 El se mantuvo firme y atacó a los filisteos hasta que se le crispó la
mano y se le quedó pegada a la espada; aquel día obró Yahveh una
gran
victoria; el ejército volvió sobre sus pasos, pero sólo para apoderarse de los
despojos.
11 Después de él, Sammá, hijo de Elá, hararita. Los filisteos se habían
concentrado en Lejí. Había allí una pieza toda de lentejas. El ejército huyó
ante los filisteos.
12 Pero él se puso en medio de la pieza, la defendió y batió a
los
filisteos. Yahveh obró una gran victoria.
13 Tres de los Treinta bajaron al tiempo de la cosecha y llegaron
donde David a la caverna de Adullam, cuando un destacamento filisteo
estaba acampado en el valle de los Refaím.
14 David estaba en el refugio y había en Belén un puesto de filisteos.
15 David expresó este deseo: «¡Quién me diera a beber agua de la
cisterna que hay a la puerta de Belén!»
16 Rompieron entonces los Tres héroes por el campamento de los
filisteos y sacaron agua de la cisterna que hay a la puerta de Belén, se la
llevaron y la ofrecieron a David, pero él no quiso beberla, sino
que la
derramó como libación a Yahveh,
17 diciendo: «¡Líbreme Yahveh de hacer tal cosa! ¡Es la sangre de los
hombres que han ido exponiendo su vida!» Y no quiso beberla. - Estas
cosas hicieron los Tres héroes.
18 Abisay, hermano de Joab, e hijo de Sarvia, era jefe de los Treinta;
fue el que blandió su lanza contra trescientos hombres y
conquistó
renombre entre los Treinta.
19 Fue el más afamado de los Treinta, llegando a ser su capitán, pero
no igualó a los Tres.